El padre de Nicolás es uno de los mayores aficionados que ha tenido el Bar Nayjo y ya fue hace dos años nuestro entrenador.
Ahora, animado por la buena marcha del conjunto, se ha ofrecido a echarnos una mano dirigiéndonos desde la grada con unos resultados esperanzadores. Desde su llegada el Nayjo ha logrado mejorar sus registros y ha dado en el clavo con las alineaciones y los cambios.
Con su afabilidad, su buen humor y su talante se ha ganado al vestuario rojillo. Además más de una vez se pasa por el Nayjo a tomarse unas cervezas y a echar unas cartas con nosotros.