Estimados zagales del Bar Nayjo, comienza el Trofeo Charro y este año me tocará seguirlo desde la distancia.

            Durante estos años he buscado siempre para este club lo mejor dentro de mis posibilidades, he querido ser fiel a mis orígenes en el patio de MAUX, donde año tras año destrozaba los chándales en pos de evitar un gol. Hoy más que nunca quiero que todos sepan que en cada parada, en cada despeje, en cada carrera, en cada salida y en cada gesto en el terreno de juego intenté siempre entregar lo mejor de mí mismo.

            Estoy seguro de que he cometido errores y que a veces he asumido funciones dentro del equipo que no me correspondían. Por todo ello os pido disculpas, aunque con la certeza de actuar siempre en lo que creía beneficioso para el club.

            Me voy de aquí, pero es un hasta pronto. Animaré siempre al Bar Nayjo. Mi motivación es seguir jugando al fútbol hasta que mis castigadas rodillas aguanten. Va a ser un reto bonito conocer otra cultura, aunque os voy extrañar.

            Estos 6 años en el Nayjo han sido todo un placer para mí. Y todo gracias a vosotros. De todos y cada uno de vosotros he aprendido algo.

Soy consciente de que es muy difícil que vuelva a disfrutar de jugar al fútbol como lo he hecho en La Sindical a vuestro lado. Vuestro apoyo incondicional, incluso en mis peores actuaciones, no tiene precio y sé que es reflejo de un vestuario y de una plantilla excepcional.

            A los veteranos que tiran del carro quiero agradecerles su esfuerzo para que esto siga adelante año tras año. Estoy seguro que la temporada se saldará de manera más que satisfactoria. No obstante, pase lo que pase, os pido que nunca bajéis los brazos. En la vida, el que resiste, vence.

            Permitidme que dé  algunos nombres pero no puedo dejar de mencionar a Pepe, Nico y Kike. Esos tres locos que allá por el verano de 2004 se lanzaron a la aventura de sacar un equipo de amigos adelante.

            Para los nuevos quiero desearles desde aquí lo mejor y que tengan paciencia, que en este equipo el compromiso y el pundonor cotizan al alza año tras año. Espero que prestéis el mismo apoyo o más a Óscar del que me habréis brindado todos estos años. Cualquier portero estaría contento con un 20% de ese apoyo, pero es que además Óscar, por su valía, se lo merece.

            Me despido con la satisfacción de que el club sale para adelante y la seguridad de que queda en manos de gente que sienten lo mismo o más que yo los colores de este pequeño club que salió de un modesto bar de la Calle Bolívar.

Suena el timbre, se acabó el recreo. Gracias a todos por todo.

Un enorme abrazo desde tierras suecas.